ArconDreams

lunes, 17 de octubre de 2011

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ArconDreams es un espacio para hablar de creatividad, productividad, ingenio, desarrollo personal y mucho más. El enlace lo tenéis aquí.

Black Age Online

viernes, 5 de febrero de 2010

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Publicado en Hada Mafda la historia completa, en su primera versión, de Black Age Online, escrita por un servidor ;)

Artículos en GD Spain

jueves, 14 de enero de 2010

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He subido cuatro artículos a mi blog GD Spain, un espacio para los apasionados al diseño de videojuegos y todo el mundillo que se mueve alrededor de él. Lo podéis ver desde este enlace.

Un saludo.

Artículo "Tiempos pasados..."

lunes, 11 de enero de 2010

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Acabo de publicar un artículo para la página "TIC´s en la Web", titulado "Tiempos pasados: Internet, nichos de mercado y cisnes negros". Pueden verlo en este enlace

Saludos.

El Dorado

sábado, 2 de enero de 2010

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Desde el sur del Amazonas hasta la ladera de los Andes. Por allí habitaban los omagua, un grupo amerindio perteneciente a la familia lingüística y cultural tupí-guaraní. A este pueblo del alto amazonas se le relacionó con el famoso mito de “El Dorado” y el mismísimo Francisco de Orellana se enfrentó a ellos en 1942 para conseguir alimentos en su expedición.


¿Pero qué es “El Dorado”? Podríamos definirlo -desatendiéndonos de las implicaciones históricas que subyacen a tal concepto, o de la mitología indígena (“leyenda de manoa o omoa”)- como aquel lugar, espacio de realidad, de riquezas fabulosas o con posibilidades de enriquecimiento...Por supuesto, se usa de común con el matiz dado a todo lo mítico o ficticio.


Pero a veces es difícil discernir -por el estado social y económico que vivimos- éste carácter fantasioso en la búsqueda del mito, si no nos dejamos llevar por el engaño y observamos a nuestro alrededor. Porque caemos en la cuenta de que esta entidad abstracta y ajena, esta idea irrealizada, la llevamos dentro de nosotros mismos. Necesitamos alcanzar “El Dorado”. Las grandes empresas lo necesitan, los hombres de a pie, los estados y naciones...¡Tú y yo necesitamos alcanzarlo! ¿Qué sería de nosotros si nos viéramos abocados a toda una vida de mediocridad permanente?


Espero que se note el sarcasmo, que no fina ironía o sutil humor manchado de inconforme mandato...Nótese la carcajada agria de la indefensión ante las jugarretas del “estado de derecho”, el “capitalismo” o “la globalización”. ¡Nótese!, por favor... Millones de personas mueren en el mundo al año solamente porque unos buscan su “dorado particular” a costa del sufrimiento ajeno sin hacerles perder ni un ápice de su tiempo en concienciarse de ello...Millones mueren de hambre, de enfermedades hoy curables, millones padecen situaciones que harían palidecer el universo dantesco...Por favor, sepamos al menos que en nuestra cultura se busca “El Dorado”, que nos han dado unas pordioseras coordenadas que no sirven para nada, una escala de valores (de dudoso contenido) en vez de sextante y girocompás...y por último, pero no menos preciado, un fabuloso libro titulado “El mundo según nosotros mismos” ...Con semejante despliegue, desde luego, no es extraño que vayamos perdidos por el camino, buscando resultados rápidos, utilizando un proporción mínima de nuestro supuesto superpotencial, desplegando una humildad arrolladora...y ese tipo de cosas, si es que se me entiende o se me quiere entender...


“Imagina...”


Míralos a ellos, los omagua. Una cultura cuya economía se hallaba sustentada en la caza, la agricultura y la pesca. Gente humilde, de las de andar por casa, pudiera decirse...o no. Tenían sus jerarquías, sus vidas con sus problemas y rencillas. Sus ambiciones, sus quehaceres, amores, obligaciones, enfermaban, nacían...Me da que no tenían prisa, y que sabían que la vida les daba lo que necesitaban...que buscaban allá cerca, en la naturaleza, lo que requerían en cada momento. Me da a mí que desde luego no se infravaloraban, ni intentaban buscar el sentido de la vida en sus logros personales, tal como los entendemos nosotros mismos. Vivían, no buscaban cómo vivir, ni se hacían preguntas como “¿quién soy yo?¿por qué el mundo es así de cruel?” ni nada por el estilo. Pero claro ¿Quién es quién para juzgar nada? ¿quién será el que tase o genere baremos? Yo desde luego, no... Algo tengo claro: tuvieron durante toda su existencia, a cada paso que daban, a su lado...”El Dorado” ...

Y nosotros aún andamos buscándolo...




Tiranías

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(Ejemplo de un artículo redactado para un boletín sindical)

Soy consciente de que la expresión “Érase una vez...” ha sido utilizada en multitud de historias, cuentos y demás sueños que el ser humano ha puesto al alcance de sus semejantes. No obstante, mi escrito (que no cuento, ni artículo, ni nada que merezca especialmente ser definido) empezará así, ya que siempre he gozado con esta forma tan sutil de socavar la realidad y la fantasía, imprimiéndoles una pátina que cubre indeleblemente cada palabra y cada imagen, en el nacimiento de una historia...

LAS HUELLAS DEL TIRANO

Érase una vez un mundo. En él convivían seres vivos con capacidad para interactuar entre sí de mil maneras diferentes. Se llamaban a sí mismos seres humanos, y en verdad era una forma de vida espectacular.

Sus logros eran tantos y tan exquisita su variedad, que diríase que no era posible que otra especie pudiera equiparársele en modo alguno. Y sin embargo los hijos de los hombres derramaban de continuo una lágrima que oscurecía sus bellas mejillas...

“Lágrimas de la vida” le llaman algunos, pero algunos les llamamos “Las huellas del tirano”...

Todo nace y se desarrolla a partir de cosas pequeñas. Pero el hombre como especie no ha entendido nunca esa verdad. Tampoco que todo se refleja y que como es arriba es abajo. Quizás en un tiempo, cuando los sabios de los hombres aún vivían y eran tratados con respeto, algo de este conocimiento transcendía las consciencias de las generaciones venideras. Pero estas eras pasaron y hoy día tan sólo las cosas grandes mueven la voluntad de los hombres.

Hoy día...

En su afán por amasar fortunas y dominios, los seres humanos trafican con sus semejantes, con sus ilusiones, con sus familias y sus vidas. Ahora, pasada las edades anteriores en que la ignorancia era la llave del poder de los tiranos, nos hacen creer que somos libres porque tenemos la llave de nuestro conocimiento. Todo mentira. Esta llave tan sólo abre una puerta a una realidad inventada para provecho de unos pocos...los de siempre, aunque con distintas máscaras y etiquetas proyectadas para confundirnos, para eludir una responsabilidad cósmica que de un modo u otro, al final, siempre pasará factura.

Sería fácil aquí determinar que hace que los hombres se conviertan en tiranos. Quizás la codicia, la ambición, el egoismo. Pero no creo que sea así. El hombre es de esta manera porque, a pesar del proceso evolutivo en el que se halla, a pesar de todo lo que ha avanzado a lo largo de miles de años, aún no es capaz de ser empático. Unos lo llaman “meterse en la piel de otro” o “ponerse en el lugar de...” . Pero son expresiones muy simples, demasiado. Porque cuando digo empatía me refiero a que una persona sea capaz de ver, sentir, soñar, palpar exactamente igual que lo haría su semejante. Y esta es la única manera en que pudiéramos al fin respetarnos lo suficiente para definir lugares comunes de entendimiento, en una base firme donde sustentar los actos que nos movieran en caminos provechosos para todos y cada uno de nosotros.

Pero he aquí que creo firmemente que no hemos llegado a tal nivel de evolución, o quizás no pasemos nunca por allí...Se me plantean entonces nuevas formas de fomentar un movimiento que desplace de una vez las actitudes de los tiranos (aquellos que piensan que lo grande es mejor por el simple hecho de ser grande, ignorando las necesidades y las vidas ajenas) hacia posturas intermedias, de respeto y comprensión de un mundo en el cual todos tenemos derecho a ser felices...

Pero tal empresa se me hace grande. Y muchos hombres mejores que yo a lo largo de la historia ya han puesto su espíritu en tan noble empresa...

Os diré algo: no somos lo que somos tan sólo por nuestras experiencias previas, ni por una determinación genética, ni por nuestros orígenes. Somos quienes somos por lo que hacemos cada día y el lugar del mundo que ocupamos lo decidimos nosotros mismos. Pero lo triste de esta verdad es que con la posición que ocupemos influimos en los que nos rodean, y a veces esto no nos importa en lo más mínimo.

Dejando de un lado el materialismo existencialista, diría que somos algo más de lo que se puede percibir. Y que la fuerza que proyectamos al exterior no proviene tan sólo de hechos concretos o condiciones palpables...Pero esto no quita que no tengamos que coger la rienda de nuestra vida y jugar a veces con las mismas reglas que utilizan los que nos oprimen, de una forma u otra.

Y estas reglas son a las que la mayoría de los mortales llaman “las reglas del juego”, y a veces son tan ruines como las que usan los opresores. ¡Cuantas empresas e ideologías hermosas y llenas de humanismo se perdieron en las fauces del despotismo! Y es que, para qué obviarlo, tan solo somos humanos.

Cuando hablamos de trabajadores y empresarios, a veces da la sensación de que lo hacemos de borregos y de avispados depredadores. No nos llevemos a engaños, todos somos presa y cazador. Y hay borregos que se convierten en despiadados depredadores, acosados por una necesidad hirviente de manifestar un “status” o un poder que enmascare su verdadera naturaleza. Porque la belleza, el poder, la magnífica catadura de un alma tan sólo debe ser vista y no hace falta venderla en modo alguno...

Es una opinión bastante generalizada entre las altas esferas de las empresas con las que tratamos a diario, que los trabajadores no somos conscientes de las luchas encarnizadas que se mantienen en cuanto a oferta-demanda. Que no somos capaces de comprender el mundo en constante cambio y las múltiples necesidades y factores que requieren por parte del mundo empresarial una adaptación continua en pos de subsistir en un entorno macroeconómico cada vez más complejo y competitivo.

Se equivocan.

De lo que no tienen ni idea ellos es de que en este entorno, lo único que al final prevalecerá será aquello que derroche humanidad por los cuatro costados. Y que esto tan solo será posible si las personas que trabajan en la empresa, se sienten contentas y valoradas. Que el trabajo en equipo no distinga entre los de “arriba” y los de “abajo”, que la responsabilidad sea un hecho tan asimilado que no haga falta crear ornamentos triviales para definirla, que el respeto sea “de hecho” y no un supuesto derecho que no se materializa en la mayoría de las ocasiones. En fin, que lo que salga del trabajo lo haga por la puerta grande y todos estén orgullosos de él, y que al llegar a casa, delante de su familia, se sientan felices por poder trabajar para vivir y disfrutar de una realidad plena. Todos tenemos derecho a gozar de la mejor de las opciones.

El menos común de todos los sentidos es el sentido común, dicen. O al menos yo lo repito hasta la saciedad, como bien pueden proclamar al viento mis amigos. En el ámbito empresarial esto lo llevan hasta extremos inverosímiles. Y si hablamos del tele marketing, entonces, debemos hablar de un continuo absurdo por parte de la patronal. Es de todos los comerciantes sabido, de los pequeños, del autónomo de toda la vida, de el que sacó un pequeño negocio con esfuerzo y dedicación, que hoy en día no se puede competir con el precio y el volumen, sino con la calidad, con una imagen coherente y atendiendo a las necesidades del cliente con perspectiva, o sea, no dándole lo que este pide sin ton ni son, sino con un asesoramiento fruto de una naturaleza competente en el sector. Porque “como es arriba es abajo” . Los grandes se comen a los pequeños, pero pronto los primeros serán los pequeños. “Entrar al saco” nunca ha sido la mejor opción...entre otras cosas porque no has optado, te has dejado llevar. Y dejarse llevar por la tendencia, en el mundo empresarial, nunca ha dado resultados salvo a corto plazo...Craso error.

Y sobre todo, en una empresa de servicios, donde la atención personalizada y profesional, debe ser respaldada por una calidad y atención especial en muchos sentidos, es una locura no hacer que los trabajadores se sientan implicados en el proyecto, no estimularlos ni favorecer su crecimiento dentro del entramado de la estructura. No dotarlos de unas condiciones laborales dignas y que le proporcionen una calidad de vida acorde a las exigencias del entorno...No hacer esto, desde luego, es una locura...

“ ¿Y los trabajadores?”

Todos queremos ser valorados...En realidad la máxima aspiración del ser humano es que se reconozca su esfuerzo, ansían la simpatía de sus semejantes...¿Qué hay de malo en ello? Mas cuando estás derrochando energía en un proyecto en el que te juegas la mayoría de las cosas que te importan de verdad: una familia, vivienda, etc...Claro que es normal sentirse frustrado cuando ves que nada de lo que haces se paga de manera adecuada. “Quod pro quo” dices, pero vivimos en unos tiempos en los que esta condición no se da, en absoluto...También debemos ser sinceros con nosotros mismos, ¿qué podemos hacer para mejorar?¿hacemos daño a los demás con nuestra actitud en el trabajo?¿Por qué , simplemente, hemos dejado de movernos?

Y es por esto, que pienso sinceramente que esta es la hora de luchar, de dejar los miedos a un lado y dar todo lo que tengamos dentro, aquello de lo que realmente estemos orgullosos y mostrarlo al exterior. No se trata de lanzarnos a ningún movimiento en concreto. No es “quemar la empresa”. ¡Por dios no! Hablo de ser conscientes de dónde estamos y de las opciones que tenemos . Del apoyo con el que contamos o de emprender lo que podamos cada uno de nosotros. Como ya os dije, creo que las pequeñas cosas son las que marcan las diferencias. Creo que ha quedado clara mi postura. Sea como fuere, el camino de los cambios ya ha sido iniciado. Ya hace mucho tiempo, se iniciaron vías de acción para luchar contra la precariedad laboral. Luchemos pues con las armas de las que disponemos y si se nos ocurren otras, hablémoslas, intentemos entre todos que este sinsentido que estamos viviendo no marque nuestra realidad de manera ineludible. Todos estamos en el mismo barco, todos somos lo mismo, aunque bellamente esculpidos, con diferencias que nos hacen únicos. Tan sólo debemos actuar...Le decía a un amigo el otro día: “ ¿No sientes que a veces te sientes vacío porque aquello que realmente deseas no lo realizas? De vez en cuando haces un esfuerzo supremo para lograrlo, luego , no sabes porqué realmente, lo dejas abandonado en un rincón...y vuelta a empezar. Y el tiempo pasa...”

El tiempo pasa, pero el momento realmente importante es el “ahora”. Es hora de dejar de derramar lágrimas y enfrentarse a las tiranías que enturbian nuestras miradas. Quizás haya algo mejor para cada uno de nosotros y no lo estemos viendo. Tan sólo hay que caminar...

E imprimir nuestras propias huellas en el camino.

Un cordial saludo a todos.